Una joven confirma en el juicio que su exnovio la violó y agredió: «Tenía moratones por el cuerpo siempre»
Una joven, presunta víctima de violación a manos de su exnovio, ha relatado este lunes, durante el juicio contra el chico, «tres ocasiones» en las que fue agredida físicamente por parte del procesado y ha afirmado que «tenía moratones por el cuerpo siempre». La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares ha celebrado este lunes el juicio contra un joven acusado de violar a su exnovia, cuando esta era menor de edad, una vez la relación se rompió definitivamente.
Durante su declaración, el chico ha reiterado que las relaciones sexuales eran consentidas y ha manifestado que la relación que mantuvo con la víctima, iniciada en 2017 y hasta principios de 2020, era «tóxica».
Seguidamente, en calidad de testigo, ha declarado la perjudicada, quien a preguntas de su abogado ha recordado tres ocasiones en las que el joven le agredió físicamente.
La primera vez, según ha contado la chica, él le pegó un puñetazo en la boca del estómago y la segunda, durante una verbena, le agarró del cuello. En ambas ocasiones, ocurridas en la calle, se llamó a la policía y salieron «corriendo».
«Otra vez me agarró del brazo. Tenía moratones por todo el cuerpo siempre», ha insistido la víctima, quien ha indicado que estos episodios se producían «cuando hacía algo que no le gustaba» a él. Igualmente, ha declarado que el acusado le pedía vídeos sexuales explícitos.
Cabe recordar que, según el escrito de la fiscal, una vez rota la relación la víctima acudió una mañana a casa del acusado y, estando ambos en la habitación de éste, él empezó a realizarle tocamientos y la agarró de los brazos pese a la negativa de la chica, hasta penetrarla.
Sobre esto, la joven ha detallado que le dijo varias veces que parase y que «no quería hacer nada con él». «Le dije en todo momento que no quería y me hizo daño en las muñecas», ha proseguido.
En otra ocasión, cita el escrito del Ministerio Público, y tras llamar la joven al procesado, ambos se desplazaron en el coche de él hasta el aparcamiento de un establecimiento, manteniendo nuevamente relaciones sexuales, pese a que la chica en principio manifestó que no quería.
Al respecto, la perjudicada ha expresado que en un principio le trasladó su negativa a mantener relaciones sexuales pero finalmente desistió. «La primera vez dije que no todo el rato; la segunda, desistí», ha precisado.
Según el escrito de acusación, el procesado y la víctima mantuvieron una relación sentimental cuando él tenía 16 y la chica 14 años hasta, al menos, finales de 2019 o principios de 2020, contando entonces el joven con 19 años y la chica con 16.
Sin embargo, relata el escrito del Ministerio Público, dicha relación se desarrolló con multitud de problemas y conflictos motivados por celos y actitud de control, enfados, rupturas y discusiones, existiendo una fuerte dependencia emocional entre ambos.
Sin que conste la fecha exacta pero en todo caso desde que empezaron a ser pareja en mayo de 2017 y hasta su finalización, ambos mantuvieron en varias ocasiones relaciones sexuales, conociendo el procesado la edad de la víctima.
Según la fiscal, una vez se rompió definitivamente la relación, la chica, cuya dependencia emocional seguía siendo fuerte, acudió una mañana a casa del acusado, en Palma. Estando ambos en la habitación de éste, él empezó a realizarle tocamientos y la agarró de los brazos pese a la negativa de la chica, hasta penetrarla.
En otra ocasión, cita el escrito de acusación, y tras llamar la joven al procesado, ambos se desplazaron en el coche de él hasta el aparcamiento de un establecimiento, manteniendo nuevamente relaciones sexuales, pese a que la chica en principio manifestó que no quería.
Con fecha de 9 de julio de 2020 se dictó por el juzgado de violencia sobre la mujer número 2 en favor de la víctima, quien ha precisado tratamiento psicológico desde febrero de 2018, prosiguiendo el mismo hasta la actualidad.
La fiscal solicita por tales hechos siete años de cárcel y la prohibición de que el acusado se acerque a menos de 500 metros de la perjudicada, así como el pago de una indemnización de 3.000 euros en concepto de daño moral y psicológico.